Entre los años 30 y 70, las Cajas de Previsión elaboraron un sistema de gestión que originó una cantidad importante de unidades habitacionales de calidad, contribuyendo a atender la gran demanda de viviendas económicas. Estas instituciones por ley debían invertir sus excedentes en la construcción de viviendas para sus propios imponentes, modelo que permitió a la clase trabajadora, acceder a soluciones habitacionales económicas sin descuidar la calidad de las viviendas, que se priorizaba por sobre una gran cantidad de unidades construidas.

Representante de este modelo es el Conjunto Habitacional Matta Viel, obra de una de las oficinas de arquitectura más prestigiosas de la historia nacional: BVCH (Carlos Bresciani, Héctor Valdés, Fernando Castillo, Carlos Huidobro), quienes se adjudicaran el proyecto ganando un concurso público convocado por la Caja de Previsión y Estímulo de la Caja Nacional de Ahorros (más tarde Banco del Estado de Chile). Matta Viel Constituyó en su época -y lo continúa siendo- un paradigma constructivo de vivienda colectiva de gran innovación en cuanto a ocupación del suelo, experimentación en el uso de materiales y concepción de espacios comunes, en los que se ponen a prueba una serie de conceptos vinculados a la vivienda colectiva moderna como circulaciones elevadas, espacios intermedios cubiertos, incorporación del arte, funcionalidad y plasticidad del sistema constructivo, atributos que luego madurarían en obras posteriores reconocidas como grandes hitos arquitectónicos y urbanos en la ciudad de Santiago, como la Unidad Vecinal Portales, la Remodelación San Borja y las Torres de Tajamar.